Desde que nacemos nos crean la idea de que pertenecemos a muchas cosas y nos construyen ese sentimiento de orgullo respecto de esos "algos" por los que no hemos hecho ningún mérito y que son meramente casualidades.
Nos diferenciamos del resto y consideramos como superior aquello a lo cual pertenecemos: nuestro país, nuestra religión, nuestra raza, nuestro sexo, nuestro equipo de fútbol y por supuesto, NUESTRA ESPECIE. Todo esto conlleva a la discriminación negativa, a sentir que lo demás no tiene importancia, que está en el mundo para servirnos y satisfacer nuestros deseos y necesidades sin importar si en ese proceso resulta alguien dañado.
Y es esta misma estructura de pensamiento la que origina los nacionalismos, regionalismos y otras muchas más formas de separación, entre los humanos. Personas del mismo sexo, raza, religión, país, pueden estar divididas y enfrentadas por un equipo de fútbol o por escuchar cierto tipo de música.
Así que podemos ver cómo TODO ESTÁ CONECTADO, cómo estamos condicionados desde pequeños a concebir el mundo desde una perspectiva de jerarquías, superioridades e inferioridades que justifican actos terribles y no deseables para nosotrxs ni para nuestros seres más cercanos y queridos, YA QUE SI FUÉRAMOS NOSOTRXS O ELLOS LAS VÍCTIMAS, INMEDIATAMENTE DEJARÍAMOS DE JUSTIFICAR TALES ACTOS ATROCES Y LEVANTARÍAMOS LA VOZ PARA PEDIR EL CESE DEL HORROR.
Piénsalo, para las personas que vivieron en la época de la esclavitud esto era perfectamente legal, normal y cotidiano. Sin embargo, muchas y muchos lograron ver la injusticia que esto suponía y se levantaron, dejaron sus privilegios y lucharon por aquellxs que sufrían. Se pusieron en la posición de las víctimas, EMPATIZARON y sintieron como propio el dolor de lxs otrxs y ACTUARON por transformar las cosas, por modificar aquellas conductas de explotación y de propiedad. Fueron precursores de un gran cambio en la sociedad, probablemente se sintieron frustradxs al sentir que las cosas no cambiarían jamás, al recibir las burlas y ataques de aquellxs que no querían que las cosas cambiaran...
Pero cambiaron, la esclavitud humana ya no es legal, las mujeres tienen derecho al voto y a escoger sus parejas, el racismo es penalizado y claro, la mentalidad de algunos aún sigue en estas mismas estructuras, explotar a otrxs es tremendamente rentable y por eso persisten la trata de blancas, de niñxs, la explotación laboral y demás...
No piensas si alguna vez, en el futuro, tus hijxs te pregunten acerca de qué hacías cuando todos estos horrores eran cometidos contra los demás animales... ¿cuál va a ser tu respuesta?
La cuestión de "lo otro".
La liberación animal, necesariamente se refiere también a liberación humana, ya que LOS HUMANOS TAMBIÉN SOMOS ANIMALES.
Hablamos de liberación porque la manera en que tratamos a los demás animales, convirtiéndolos sistemática y arbitrariamente en PROPIEDADES y MERCANCÍAS, que vendemos, compramos, poseemos y tenemos poder de decisión sobres sus vidas y muerte, los convierte en esclavxs de los humanxs.
Y todo esto es legal, normalizado y cotidiano, sencillamente porque son "OTROS", porque son diferentes a nosotrxs lxs humanxs y no somos nosotrxs, ni nuestros seres queridos quienes padecen este sufrimiento y resultan ser las víctimas de este sistema esclavista y explotador.
Pero ¿quién o qué es "LO OTRO"?
Sencillamente se trata de lo que no soy yo, de lo que admito y percibo como diferente a mi.
Y esto tiene múltiples posibilidades: el humano siempre se ha querido separar de la naturaleza y lo animal, coronándose así mismo como superior y rey de la creación. Lo otro, entonces, estaría por fuera de lo que significa el ser humano. Pero entre nosotrxs mismxs también hemos planteado diferencias y nociones de superioridad basadas en múltiples características: la raza blanca ha sido considerada, por los blancos, como superior, generando y justificando el racismo, la esclavitud humana. Los hombres se han considerado a sí mismos como superiores a las mujeres, considerándolas propiedad y objetos de placer dispuestos para la satisfacción del varón. Los heterosexuales imponen la noción de superioridad frente a otras posibilidades disidentes de sexualidad humana. Y claro, los humanos, nos hemos colocado por encima del resto de especies, justificando la dominación, el abuso y la esclavitud de todo aquello no humano, sencillamente porque tenemos el poder de hacerlo.
Pero y entonces, ¿por qué no lo hacemos, por qué no exigimos un alto y actuamos a favor de las víctimas cuando reconocemos la injusticia en contra de otrxs?
¿PORQUE CUANDO ESTAMOS DEL LADO DE AQUELLOS QUE TIENEN LOS PRIVILEGIOS, NOS CUESTA Y NOS INCOMODA DEJAR DE TENERLOS, PARA EL BENEFICIO DE ESOS OTROS QUE NO SOMOS NOSOTRXS NI NUESTROS SERES QUERIDOS?.
Alguna vez te has preguntado ¿cuál hubiera sido tu postura y qué habrías hecho, si hubieras nacido en la época de la esclavitud humana o en la alemania nazi, y pertenecieras a aquellxs que tienen los privilegios (es decir, tuvieras esclavxs o fueras de raza aria y tu integridad y la de tu familia estuviera asegurada)? ¿Crees que hubieras rechazado hasta las últimas consecuencias estas injusticias? O ¿hubieras optado por la posición cómoda y conveniente de justificar todo esto porque son inferiores, porque dios los puso ahí para utilizarlxs, porque ponen en riesgo el futuro de la nación, porque no tienen alma o porque su lenguaje y sus creencias son diferentes?