“What is freedom?
Are we born free or do we earn it?
And if you deny freedom to the quiet ones, those who have no voice
Can you be free yourself?
Or are you cage, by your own lack of compassion?
BOLD NATIVE (película)
¿Amas la libertad?
¿La comprendes en profundidad?
¿Qué sientes cuando lees o escuchas “Libertad Animal”? ¿Piensas acaso que es algo que sólo concierne a los demás animales? ¿Temes que se trate de una libertad que coarte la tuya propia? ¿Visualizas a tu perro o al gato que te acompaña?
Vamos a tratarlo más a fondo…
Desde que naciste tuviste la posibilidad, por derecho propio, de permanecer al lado de tus padres y hermanos, en familia, y que éstos te enseñaran todo acerca de tu mundo y cómo manejarte de la mejor manera posible en él. Poco a poco, cuando ya eras capaz de moverte por ti mismo, pudiste elegir a tus amigos y moverte para donde deseabas, claro, siempre y cuando esto no implicara un riesgo para ti mismo. Más adelante encontraste el amor, pudiste elegir a tus parejas y decidir o no, permanecer a su lado, tener hijos… Pudiste desarrollarte de acuerdo a tu propia personalidad, gustos y elecciones.
Y estas son posibilidades que les negamos sistemáticamente a los animales que mantenemos bajo nuestro dominio, bien sea para alimentarnos, para vestirnos, para experimentar con ellos, para divertirnos en espectáculos o para utilizarlos en nuestro beneficio. Son derechos arrebatados a las vacas, cerdos y pollos, en las granjas y mataderos; a los zorros, visones y otros en la industria de las pieles y el cuero; a los perros, conejos, primates, ratones y demás animales en laboratorios; a los toros en las plazas, a los animales silvestres víctimas del tráfico ilegal y a los que legalmente están condenados a divertir a la gente en circos y en esas cárceles de inocentes llamadas zoológicos; a los peces y animales marinos y de río en los acuarios y las piscifactorías; a las víctimas de la cacería “deportiva”; a los gallos, perros y otros en las peleas donde se matan para lucrar a los apostadores; a perros, gatos, peces, aves y otros que compramos y vendemos como “mascotas” y así, con todos los que establecemos una relación de dominio y de lucro…
Cuando no hay libertad, hay esclavitud, cuando no eres un ser libre sino una propiedad del otro eres un esclavo. Y eso son los demás animales para nosotros: propiedades, mercancías que se venden y se compran, cosas con un único propósito de servir de utilidad a los humanos. Recuerda la historia de nuestra civilización y cómo los mismos argumentos que ahora justifican todo esto hacia los demás animales, lo hacían en ese entonces con la esclavitud de africanos e indígenas, con la discriminación hacia las mujeres y hacia personas de otras razas. Mira a tu alrededor y analiza cómo el tiempo de las personas pertenece a otros y es pagado de manera injusta; como la trata de personas y de niños es de los negocios ilegales más lucrativos; cómo la tierra y el agua se han vuelto propiedad. Investiga acerca de la propiedad de las semillas y entenderás que la injusticia no es sólo contra los demás animales sino que es algo que te concierne y te toca directamente… No lo olvides: TODO ESTÁ CONECTADO.
Si en verdad crees que has venido a vivir la vida que te han vendido los medios, e incluso la misma sociedad, y aun así sientes ese vacío que no logras llenar con las cosas que este mundo fabricado artificialmente te ofrece, es porque aún no has conectado con quien verdaderamente eres y con tu verdadero propósito en la vida. Busca dentro, en tu interior qué es lo que verdaderamente te pertenece… sólo siente, percibe aquello con lo que no te sientes a gusto y actúa en consecuencia.
Y aunque pudiera parecer todo esto un “sin sentido”, no sólo es cuestión de abrir los ojos, hay que abrir la mente y el corazón para comprender y reconectar con la vida. Entonces cualquier argumento de la mente lógica sobre “por qué no explotar a los animales” se complementaría perfectamente al sentimiento más profundo de respeto y valor por la vida y eso incluiría, innegablemente, la vida, la libertad y la justicia hacia los demás.
Se trata entonces de volver a lo básico, lo natural… así son los niños… recuerdas cuando eras uno de ellos? Te enseñan, con lo que sale de su inocente corazón, lo que sienten que está bien y lo que no y obran en consecuencia. Así que sigue regando esa semilla y permite que ese sentimiento de respeto por la vida, no solo fluya, si no que contagie a los demás… y que aflore en ti…
La pregunta final sería ¿permitirías la afectación a la vida de un ser querido?, de un ser vulnerable?... Entonces ¿por qué participas de esta crueldad e injusticia de todos los días?
Que tu amor por la libertad, sea tan profundo y total, que no te permita participar en nada que se la arrebate a los demás!